dilluns, 7 de maig del 2012

veinticuatro


Recuerdo ese día como si fuera ayer, era septiembre, es más era día 24, estoy segura, no podría olvidar jamás ese día, porque ¿como decirlo?  Fue el mejor día de mi vida.
Ese día bailamos, bebimos, fumamos, reímos, en pocas palabras, perdimos el control.
Era la fiesta de cumpleaños de dos amigos, y la celebramos en tu casa, en la piscina todos mojados y casi sin ropa, pero yo por alguna razón que no llegaba a entender solo te miraba a ti.
Llegó la hora de ir a dormir, y como era costumbre acampábamos en tu casa y yo solo deseaba que tu fueras quien tuviera que dormir junto a mi, pero no te veía en ningún lado, todo el mundo ya tenia sitio en su tienda y tu no estabas en ninguna…
Cuando pensaba que ya estarías en alguna otra tienda, entraste en la que yo estaba y te pusiste a mi lado, el corazón me dio un vuelco, tuvimos que ponernos muy cerca el uno del otro porque éramos unas seis personas en aquella tienda.
A mi lado se encontraba una de mis mejores amigas, y estaba con el chico que le gustaba y  para no molestar me acerque más a ti
Pasaban las horas y todos se quedaron dormidos menos nosotros dos que estábamos más cercar que nunca, tu me rodeabas con el brazo y yo apoyaba mi cabeza en tu pecho y escuchaba el dulce latido de tu corazón que cada vez iba más deprisa.
Al final mi amiga y el otro chico salieron de la tienda, dejándonos solos, teníamos mucho sitio para dormir pero no nos separamos, al contrario, tu me cogiste por la cintura y me acercaste a ti con fuerza, yo rodee tu cuello con mis brazos y nuestros labios se tocaron por primera vez, y fue el beso más perfecto que nadie me hubiera dado, se puso a llover, los dos nos miramos y nos reímos, fue allí, en ese mismo instante, que me enamore perdidamente de ti.

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